Bailando en la oficina: cuando las conexiones nos dan energía (y no solo el café)
La interacción como fuente de motivación en el entorno laboral.
Si alguna vez has trabajado en una oficina, sabrás que la motivación laboral es como el café de la máquina: a veces está caliente y te da energía, otras veces está frío y te deja preguntándote por qué te levantas cada mañana. Pero, ¿qué es realmente la motivación? ¿Es algo que nace dentro de nosotros, como un fuego sagrado, o es algo que se cocina en la interacción con nuestro entorno? En este ensayo, exploraremos la idea de que la motivación es, en esencia, una interacción. Y no, no es una interacción como la que tienes con tu jefe cuando te pregunta por qué llegaste tarde, sino algo mucho más profundo y, a veces, igual de incómodo.
La Motivación: ¿un monólogo interno o un diálogo colectivo?
Tradicionalmente, la motivación se ha visto como un fenómeno individual. Es decir, tú eres el dueño de tu motivación, como si fuera un perro al que debes sacar a pasear todos los días. Si no lo haces, el perro se pone triste, y tú también. Pero, ¿y si la motivación no es solo un monólogo interno, sino un diálogo constante con el mundo que te rodea?
Imagina esto: estás en tu escritorio, trabajando en un informe que parece interminable. De repente, tu compañero de trabajo te envía un mensaje que dice: "¡Vamos, tú puedes!". Esa pequeña interacción, ese gesto de apoyo, puede ser el empujón que necesitas para seguir adelante.
Aquí, la motivación no es solo algo que surge de ti, sino que es el resultado de una interacción con otra persona. Es como un partido de tenis: tú lanzas la pelota, pero necesitas a alguien que te la devuelva para que el juego continúe.
El entorno: El DJ de la motivación.
Ahora bien, no todas las interacciones son iguales. Algunas son como una canción de rock que te llena de energía, mientras que otras son como una balada lenta que te hace querer dormir. El entorno laboral juega un papel crucial en este sentido. Un jefe que reconoce tu esfuerzo, un equipo que colabora y se apoya mutuamente, o incluso una oficina con buena iluminación y plantas (sí, las plantas importan), pueden ser factores que influyan en tu motivación.
Por otro lado, un entorno tóxico es como un DJ que solo pone reggaetón a todo volumen: al principio puede parecer divertido, pero después de un rato, solo quieres salir corriendo. La interacción con un entorno negativo puede drenar tu motivación más rápido que un agujero negro absorbe la luz. Así que, si tu jefe es el tipo de persona que te dice "podrías hacerlo mejor" después de que has trabajado hasta altas horas de la noche, tal vez sea hora de buscar un nuevo DJ para tu fiesta laboral.
La motivación como un baile de dos pasos.
La motivación no es estática; es dinámica, como un baile. A veces lideras, a veces sigues, pero siempre estás en movimiento. En el trabajo, esto significa que tu motivación puede fluctuar dependiendo de las interacciones que tengas. Un día, puedes sentirte como Fred Astaire, bailando con gracia y entusiasmo. Otro día, puedes sentirte como si estuvieras pisando los pies de tu pareja de baile (y probablemente lo estés haciendo).
Pero aquí está la clave: incluso en los días malos, la interacción sigue siendo crucial. Un simple "gracias" o un "bien hecho" pueden ser el equivalente a un giro bien ejecutado en el baile, devolviéndote el ritmo y la energía. Por otro lado, la falta de interacción o, peor aún, una interacción negativa, puede hacer que te salgas de la pista de baile por completo.
Conclusión: La motivación es un juego de equipo
En resumen, la motivación no es un soliloquio, sino una obra de teatro con múltiples actores. Es el resultado de las interacciones que tienes con tus colegas, tu jefe, tu entorno e incluso contigo mismo. Y, como en cualquier buena obra de teatro, hay momentos de comedia, drama y, a veces, incluso un poco de tragedia. Pero al final del día, la motivación es lo que nos mantiene en el escenario, listos para la siguiente escena.
Así que la próxima vez que sientas que tu motivación está en su punto más bajo, recuerda: no estás solo en este baile. Busca una interacción positiva, cambia de pareja de baile si es necesario, y sigue moviéndote. Después de todo, la vida laboral es como una pista de baile: lo importante no es no pisar nunca los pies de nadie, sino seguir bailando, incluso cuando la música no es perfecta.
Y si todo lo demás falla, siempre puedes recurrir al café de la máquina. Aunque esté frío.